El oropel del albedrío
esconde el fulgor de la
Pereza con tantos
asteriscos vacíos
Hasta la última gota de
de una coma es
peregrina entre las serpientes
de la Imaginación
La Pluma verdadera ya
habita en el Limbo de cúpulas
destruidas
Sus alforjas están repletas
de dorados Luceros con sus
caricias amputadas
Sólo queda mi Aura . . .
Tenaz estalactita que supo
acuñar de tantos versos
iluminados
el llanto de la Epopeya y
el generoso Atril dónde se
reparten las sospechas
Todo es Confesional y
Todo es Profano
Sómos Mestizos en nuestro
propio Destino . -
lunes, 8 de febrero de 2010
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