La fibra de la Angustia
es un látigo que alimenta
su vientre con las borras
que dejan las huellas
Sus plañideros ancestros
iluminaron el Cosmos y
encendieron las velas de
tantos Altares furtivos
Fueron glaciares de
espanto que hoy son piélagos
de súplicas
Mares discecados que no
pudieron construir la
Elegía
Las tormentas del
verano se olvidan de sus
hijos
Serán retoños de la
próxima vendimia
y de su incierto
destino
Las vivencias del alba
se diluyen cuándo
germinan las primeras
espigas del Sol
Los ecos se desprenden
de sus sonidos
aunque sean pentagramas
distintos cuándo
retornan
La Angustia no se desprende . . .
Es la umbría sensación
de hacer pesadas
las Alas de mi sombra . -
jueves, 14 de enero de 2010
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