Esos brazos que amaron
hasta el final ahora
derivan en la historia
sin fin
Los bancos que hielan los
Abismos más Impúdicos
no logran herir la iridiscente
textura de las pasiones
Los vocablos que dominan el
lenguaje de la aurora que
no es infinita
se alojan en las arcas
de los caminos sin sed
En los bruñidos espantos
de las horas mercenarias
se recuestan los adjetivos
con sus premonitorios deseos
Transido por la angustia cotidiana
su repentina ausencia permite
que me evada de su silogismo
pero la inquietud nunca guarda
los mensajes de las tinieblas
Se adelantan los pasos
dejando atrás las sombras
de mi espíritu
ajadas creencias que siempre
se repetirán
Amarrado en los confines de mi
insolvencia mental
siempre surgirá un recodo
que justifique el elemento
donde se bautizó mi
existencia . -
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