Con la luz
obligada de un
Hospiciano
recorro las veredas
que nunca
reclaman
Siento el fragor
del mensaje
y llego diezmado
con mis alas
prestadas
(Nada me pertenece)
Los júbilos ajenos
se divierten con mi
alma exiliada
La retórica de una
mañana había
desertado con el
alba
Me quedan las
gentiles fragancias
de la noche
Cuando puedo ser
orfebre de las
yertas praderas
mientras despierto
a los sueños
No hay manos
que me toquen
con alguna
intención
Siento la mirada
que me invita
a volver . -
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