Se agiganta el
nihilista en
los Ayeres
Repetidos
Las bóvedas del
alba no pueden
abrirse al
sol
Me aferro a
mi tierra
y a su yerma
cosecha
Siento el fulgor
de los ríos
y su sangre
tangencial
Se deshacen en las
tinieblas mis
versos errantes
Los goces de
la tristeza fueron
abatidos por un
conjuro de
lágrimas
Mis venas son
robustas como la
voluntad de las
raices
Quizás se criaron
desobedientes de
los primates . -
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