En los confines
dónde creció
mi mente no
hay rincones
habitados
La insobornable
corteza de mi
destino tiene
la dulce fragancia
de las raíces
que nunca
nacerán
Hurgué tantos
corazones que ya
no puedo dominar
mi sangre
He usado todas las
palabras que me
fueron dadas
Me retiene el
Magma por los
pies
Las alondras de
mis sentidos
saben que en su
profano vuelo
serán metáforas
del Aire
En ésta quietud
donde nacen los
Duendes
Pido Perdón
A Todos los que
confiaron en mi . -
domingo, 26 de septiembre de 2010
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