martes, 13 de septiembre de 2016
SIN REDUNDANCIA
La apología demanda una
vida estridente
cada suceso lo convierte
en concepto
Sugiere ser juez de nuestros
actos
Es muy sensible a los
derroches
su sabia intervención
convierte hechos a la
vista irreversibles
Escribe a diario en
nuestro interior
Su prosa lenta describe
con asombrosa cercanía
la liturgia de nuestros
hábitos
No se amedrenta ante la
rebeldía
es un río calmo que no
se estremece ante sus
oyentes y lectores
Profusa consejera de la paz
aunque ofendan sus
riendas
No claudica ante el menor
esfuerzo de los necios
Esquiva de los epitafios
El Gran Misterio es
su mecenas
Se reitera obligada
por los gregarios
renuentes ante los cambios
Tiene un lema que es
su proa
" Apología del amor "
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