Hay silencios que no puedo gobernar
Varado en medio de un monte
siento las lenguas humillantes
de la desolación
Las estrellas esconden sus caras
Los arbustos y la piedras
baqueanos del lugar
me dirigen a su desconfiada
indiferencia
Mis sentidos incompletos se manifiestan
en su total insolvencia
No encuentro mi sillón en ese
arcaico submundo
ni copas rasguñadas
tras los rastros de
botellas que no existen
Gigante frío y recoleto
como un museo
Simples son las proezas de
mi mente
Se puede sobrevivir con
esa escasez de recursos
Los espejos aunque no
los mire me delatan
Sentir que mis versos
están envueltos de auroras
Desear que la luna demore
el amanecer
Hasta que mis víctimas sean
desempolvadas de sus
escasas luces
Los transidos aportes
de mi oratoria solo
sirven para deprimir
a mis huesos
Necesito una leyenda
que pueda dormir mientras
mimetizo sus hábitos
Mi vida es apócrifa . -
No hay comentarios:
Publicar un comentario