La lúcida inteligencia
De ayer
Puede herir sentencias
Que ya fueron
Procreadas
Siento que
Respiran las carencias
Por la inapetencia
De mis dones
No son letales
Pero abruman
Las histéricas
Contradicciones
De mi espanto
Los verdugos
De mi sangre
Serán tan
Insulsos
Como mis
Cenizas derramadas
Es inefable la
Tarea del
Sentido
Nos hace invisibles
En su acomodada
Perversión
Morir a diario
Nos lleva al
Hartazgo
El misterioso sentir
De las huellas
Que llegan primero
Con nuestros bronces
Exhaustos . -
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