Ya no hay sombras, donde los recuerdos duran
segundos. El candor de la infancia tizna un desvelo,
que siempre buscará.
El refugio está impregnado de reliquias
somnolientas; en sus ojos vacíos descansan
las historias milenarias de los exegetas
del acíbar.
No te distraigas
Del sol
Es un satélite
Demorado
Que se unirá
A nuestra leyenda
Sus flores
Ilusionadas
Abrirán
La yermas planicies
De tus hombros
El horizonte se
Fundirá en los
Pilares de la
Sangre que ya
Se hizo eterna . -
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