Y merodean los
satélites del
deseo
Hay auroras que
mutilan los caminos
matinales
El cáliz de
sus huellas está
vacío
Ya no existen los
atajos donde se
bañaban mis
sombras
A veces dudo
de la ignorancia
de mis ansias
Es posible que
sean un legado profético
del acíbar y la
miel
Con las mismas
coordenadas se
vigilan la vida
y la muerte . -
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