Los ademanes de
las máscaras tienen
el cielo abierto de
sus próceres
Se tiznan de
sorpresas los
favores de las
horas
Ya he donado
todos mis bienes
al celoso ático del
Transcurrir
Soy el grito
feudal de las
sombras en mi
cuerpo
Distantes cofradías
de seres
acumulan las
sentencias
El piélago sigue
esperando la
señal de otro
espíritu . -
sábado, 14 de agosto de 2010
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